Nota
13
LOS
DIVERSOS CAPITALISMOS
El
Estado empresario, directo o a través de privados protegidos, entre
favoritismos y transas, no puede dejar de llenarse de vagos,
acomodados y militantes, que a su vez incitan a faltar, al calote y a
la militancia gremial con más ínfulas que productividad, y cuyos
rojos fatalmente los tiene que cubrir el Tesoro, y a costa de una
ciudadanía que no pincha ni corta, ¡salvo en cargar con las
pérdidas!
En
cambio el capital privado, que precisa del consumidor es esencial al
emprendedor, al productor y al asalariado que juntos lo tornan
productivo y esencial, y no sólo para ese grupo, sino y también
para la población toda, además de que sin ese conjunto las grandes
ciudades o el actual estilo de vida, por mencionar dos, serían
inviables.
El
tercero, el capital aplicado meramente a recaudar, jamás recibe las
críticas y pullas siempre prontas contra los aplicados a los
imprescindibles criar, sembrar, producir o fabricar; contrario sensu,
se los promociona de las mil formas y en toda ocasión, casual o
buscada, incitando asistir a esos eventos de esponjados farsantes y
con mil artilugios y hasta cuotas, de lo engañoso a lo compulsivo,
en el entertainment
y en los deportes profesionales donde cada dólar de los que se
mueven en cotizaciones, publicidades y premios que embolsan los
cracks
y sus representantes o clubes, y sin menospreciar los transportes, la
hotelería y restaurantes nada baratos de sus ya pronto
interplanetarias giras, sale del harto, modesto y hasta flaco
bolsillo de un “hincha” capaz de sacrificios o privaciones para
ir a presenciar ¡y a veces al culo del mundo!, 90 minutos a menudo
ni pasables ¡y a veces ni con un triste score
a
favor!
La
buena noticia es que todos ellos, al ser descartables, pueden
anularse con sola
mente desoír a los mercenarios económicos que los encomian hasta el
delirio, con infame presión y hasta facilidades para empeñarse, con
“premios gancho”, o con subterfugios varios, abocados todos a
despojar a los insaciables y a los eternos boquiabiertas.
Aparte
de la propaganda clásica, los mimados del show
abruman con la suya pro
pia y personal que a través del escándalo tiene en vilo a una gran
platea, desde los cambios de parejas de imposible seguir entre
cuernos y “gatos”, llegando a la explotación de sus imágenes
presencia mediante en boliches y demás, y todo en pro del peor
consumismo, inocuo para el avisado, al que le resbala, pero que cala
en cierta mayoría, lo que no les impide ponerse el sayo de cruzados
por los más pobres, y exigir en su nombre el bienestar que ellos
minan con sus minucias, y sin nunca señalar a los vivillos y a los
amigos de lo ajeno, cuando no ceban el tráfico tomado por gente de
próspero look,
tarjetas gold
y autos alta gama.
Rufianes con attaché,
cargos o togas, que no es saludable cuestionar.
Clones
de los D’Elía van a países formales a trabar, romper todo, exigir
más empleos y mejor paga, y condenar al capitalismo al bulto,
contrasentido propio del fanatismo marxista y de la esencia católica,
y en consecuencia clavan la pica en los precios de lo de primera
necesidad y se ensañan con los que siembran, crían, producen o
procesan lo esencial a la vida, y aun lo accesorio, sin condenar
jamás a los pérfidos capitales que explotan las mil facetas del
show,
los deportes top
y ese juego lúdico donde apuestan a la suerte de monedas o
commodities,
¡y sin ni imaginar a los que con la ingentes cifras y potente
cibernética alteran las Bolsas del orbe, timbas que les reportan
jugosos saldos sin nada aportar, como hace el que invierte en
empresas o industrias “sólidas”.
Los
que quieren imponernos su seudo “progresismo”, y con él una
amplia y perversa gama de adicciones, se pliegan a las quejas del
común que siempre va a querer ganar más y contar con más tiempo
libre, cuyo inherente ocio ellos están prestos a explotar con el
peor consumismo de mil superfluos, como los que promueve la
descultivante TV y mucha de la tectología que deshumaniza en los
“jueguitos” o en los deportes, y con el fútbol en punta, que
algunos afortunados practican con buen y saludable o monetario rédito
a costa de millones que se auto condenan a meros asistentes, a pagar,
a sufrir y a dedicarles miles de horas, que tanto les cuesta aportar
a algo mejor y hasta redituable, porque nadie los alerta y si lo
hiciera lo llamarían “conserva”, retrógrada o aguafiestas como
el que les ve la hilacha, los denuncia ¡y jamás le engorda el
caldo!
Hay
dos virtudes hoy despreciadas: la frugalidad y la mesura en todo y
para todo, pese a que hacen milagros en la salud corporal y
espiritual, que a la par morigeran las siete modernas plagas: la
polución, el desempleo, el hacinamiento, la expoliación del suelo y
los bosques, el bendito calentamiento global y hasta esa orbital
convivencia, ¡que llegó ya a caminar por la abismal cornisa
nuclear!
.-o0o-.
Julio
20, 2017 11:11 P-857
En
línea con el blog www.granelector.blogspot.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario