GRAN ELECTOR

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tratamos del contrasentido de padecer los mil males del populismo, ¡y aceptar un Sistema Electoral, casi forzado a encumbrar solamente a esa desgracia para nuestra vapuleada América Latina...

domingo, 2 de abril de 2017

Nota 20
LOS REALES COSTOS DEL DELITO
Un jornalero pasó el día cavando un pozo, guardó el pico, la pala, y con sus últimas monedas compró algo de comer hasta cobrar su tarea, ponerse al día en el almacén ¡y poder volver a sacar con libreta!, pero al otro día, al ir por sus herramientas descubrió que se habían robado el pozo y con él sus cálculos y sus sueños. Resignado empezó a cavar otro, maldiciendo al caco que andaría por ahí y más aliviado que él, con su pozo vacío al hombro. En eso pasó un comedido y le contó que el ladrón y su rara carga llamaron la atención y fueron a detenerlo, pero tarde; el caco ya había pignorado el pozo, lo que le valió dos años de prisión. ¡Con casa y comida! –Replicó el cavador–, ¿y que gano yo con eso? ¡Sudar de la mañana a la noche para pagarle lo que él recibe de arriba!”
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Los colaterales del delito no pesan en un fallo ya muy leve para el caco, pero condena al despojado a afrontar el faltante, los daños caros y el reparar engorroso como su escora emocional. Si por un milagro se extirpara el delito, el bienestar pegaría un salto, pero miles se perderían de reparar daños o reponer vidrios, como miles de la Seguirdad, de la Justicia y del Servicio Penitenciario. ¡Pero no hay riesgo! Sería iluso esperar conversión semejante de un desheredado, cuando ni enriquecidos con fortunas que crecen solas como los Kirschner, los Báez o los López, entre miles de la tentacular mafia dejaron de calotear de todo lo que les pasaba cerca y si no se los armaban ad hoc y aun para que les estallaran a sus sucesores, como la descomunal de los dólares a futuro, con su mórbida codicia para seguir pesando los bolsos de ya incontable botín ¡y todo validado por la revancha abolicionista a la que también se acogían!
Los daños anexos al delito común suelen ceñirse a puertas, cerraduras o vidrios; los sablazos al erario resintieron servicios vitales y causaron dolores, angustias, trastornos y muertes, configurando un real genocidio contra enfermos, ancianos y gente pacífica, ¡y no subversivos ni asesinos intentado derogar la Constitución!
Bastaría atar el caballo a las varas del carro y no a la reata como los países serios en serio. Evitar que los presidiarios sigan con sus tan turbios affaires, prevenir delitos sin ahorrar argucias ni penas por duras que sean; evitar que los menores caigan en el delito, o intentar rescatarlos en correccionales severas y educativas. Para ello la Policía deberá repeler rayar un coche y asaltar un banco, y la Justicia condenar al caco y no a su víctima, tras expurgarla del lobby cacófilo, que harto justifica hacer inteligencia en las cárceles, ¡tan ricas en pistas y confesiones! En síntesis, lo opuesto a los poderes corruptos que protegen el tráfico y la trata con una Seguridad deficiente y una Justicia proclive a soltar a alimañas que violan o matan a nuevos inocentes, ¡sin nunca emitir condenas a cumplir a rajatabla!
Conminar a la media toda y más a la audiovisual y a su potencial a salvar vidas y bienes dejando de “vender” turbios consumos ni en forma subliminal; una suerte de Código Hays como al inicio del cine, algo que debería ser natural y voluntario, pero que se torna imperioso en una Argentina, donde el manejo y la convivencia por déficit de cultivo cívico y de urbanidad nos tienen a todos en la UTI.
Tapan un hoyo con la tierra de otro, ignoran los daños del delito, y culpan a esa educación por ellos despojada de autoridad y disciplina, y en desventaja con la televisión con su continua siembra de estupideces, y poco cultivo cívico o moral, y que tanto tuvo que ver con la derogación de las condiciones, las exigencias y los límites. ¡Lo opues to a la selección natural, que nos lleva a la disolución!
Torpes demagogos libraron a los menores de su “explotación” como aprendices, y los lanzaron a la birra, al ocio y a los jueguitos que preceden a los peores vicios. Sangrando por su fallida revuelta derogaron el Servicio Militar, ideal madurador de jóvenes, y engrosaron la legión de los ni, ni, eternos adolescentes o inútiles.
El espanto de hoy suaviza el de ayer. Idiotas tronchan arbustos, teléfonos, tajean asientos, apedrean transportes, queman autos, colegios o bosques, pintarrajean muros o matan por placer, sin que nadie los reduzca porque los fraudulentos nos derogaron el “rompe paga” ¡y la mala praxis para seguir ordeñando ajeno!
Mercados ganados con nobles prototipos, degollados como la bataraza de Esopo. Gra nos ardidos con la vista gorda de la Junta, tambores de miel con bloques de motor, heladeras sin “bocha” e incluso crímenes a turistas ayudaron a abortar la gran Nación que hasta Einstein predijo en 1920, ¡y sin escarmiento alguno pese a las incalificables y dolorosas pérdidas, para el pueblo y la Argentina!
Pagamos doble seguridad y aun así miles “aportan” al “capital social” del hampa y su oleada de vandalismo, muertes, robos y fuego que cuestan millonadas, más lo de apresarlos, juzgarlos, curarlos o mantener a los baldados, ¡y todo frenando el arresto creador, productor, emprendedor o inversor del común, que carga ya con miles en la inacción, lo que de sobra ameritaría combatir tal despropósito!
Juzgar con severidad el delito salvaría a inocentes y subiría el estándar de vida con cárceles blindadas, sanas, severas, y correccionales con cultivo obligado por faltas hasta 90 días, con efectos milagrosos. Conducir bebidos, invadir recintos ajenos, dañar la vía pública, transportes o bienes, lanzar bengalas, globos ígneos y otros que países reacios al mínimo daño siegan de cuajo, ¡y que una deposición policial ameritan aquí! Cuarteles ociosos o la ESMA podrían ser útiles si dictaran Economía Domés tica, Cultura Cívica, Convivencia y “Agujeros” de la Historia.
Harta de robos a sus pedidos Alemania renunció a una tecnológica de Córdoba, que quebró y cesanteó porque, peaje mediante, los que están en “queso” dejan hacer a una piratería a la que ni le confiscan lo robado. Los que trafican y los que los solventan, insensibles al que se desloma la vida para mantener las cárceles, rodearse de rejas y alarmas o criar mastines que si atacan es a algún infeliz, lo que acaba costándole una fortuna, ¡jamás endilgada al caco ni sus “nodrizas”!
Seguros inflados por la ola de asaltos, no turban a los cacos de terno, que en un préstamo del Banco Mundial a Yaciretá, en “Imprevistos” se reservaron su 20%, a costa del dopado por el show y del fútbol nada gratuito, ¡y para “envolvernos”! no ver sus latrocinios y beatificar a su terrorismo amigo, cuyo delirio nos costó horrores en muertes, en metálico y travistió el sentido común, como parte de los colaterales daños, ¡que se potencian al condicionar a la Seguridad y la Justicia!
Las demandas a la Policía superan la media por defección de la Justicia castrada de su razón de ser y a favor de la calaña que impone “exacciones”, pesar, miseria, y lo más grave un gran desaliento a emprendimientos por miles y a incontables inversiones que ni llegan a pensarse, ¡y que tanto pesan en contra!
Los daños en cerrajes, equipos, datos, valores sin respaldo y más, suelen superar al botín que encima deben reducir. Las “salideras” de los irremisibles siegan las ilusiones del que guardó para algo ajeno a que ya lo acechaban para baldar su futuro y pese al alto costo de las camaritas fallidas, de la custodia que nada vio, y de los gremios que cubren al que armó el fajo o al que le pidió volver al otro día.
Desalentar y combatir el delito libraría a no pocos de entrar a esa vía muerta que sólo en 2003 asesinó a 4.300 civiles, a casi 200 agentes, y esfumó mucho de lo costó sudor al cohibir el uso de armas para defensa o abatir al azote antes de que lo haga él. Nos el Estado deberíamos poder portarlas como en USA, ¡sin que esos que miman a los degenerados nos estigmaticen como justicieros!
El hambre aliviará el robo, ¡jamás violar, matar ni secuestrar! Llaman a la cárcel “ratonera que no redime”, cuando ni el infierno regeneraría a los que ejercitan sus bíceps y oficios, traman affaires, someten a sexual vasallaje o dictan masters del delito. Sobre votar pésimo, surfear la pavada y abusar de la molicie, millones creen un “relato” humareda a sus desfalcos, mientras se atosigan de su erudición basura como que los entrenados por Fidel ¡luchaban y mataban para liberarnos!
Con “barras” asolando y sediciosos al Poder toleran la “caza al policía” y le sacan la Federal a la CABA con policía bisoña, incitando a robar, ocupar tierras o casas que sus punteros pignoran entre herejías y estupros sin que se alteren los de las “cuadrículas del delito”, ¡contra drogadas alimañas! Lo que más desespera es que la indignación social dure lo que la llama de un fósforo, ¡y a pesar del económico e inconmensurable deterioro, aunque luego renieguen al pagar la luz o el gas!
Parte del paro, el delito y el corte a la transmisión cultural se deben a la falta del Servicio Militar. Mucha flojera de “ellos” para desafíos cada vez más duros y que acaban asumiendo “ellas” vienen del eximirles responsabilidades iniciada por las mamás incapaces de hacerles poner la mesa, lo que ya sin sargentos ni cabos, dio en ese metro sexual feliz, salvado de la colimba, donde de sobrevivir al orden cerrado, aprender a portar las armas de la patria, y palpar la camaradería del cuartel tan opuesta a la carcelaria, ¡sentiría un orgullo único y de por vida!
Suplantados por soldados pagos, los millones que ayer aportaban su cuota en la defen sa a la Patria y a los suyos, integran la temida franja de los que ni estudian ni hallan trabajo, ni puede formar un pobre hogar, ¡lo que a miles los empuja al delito, otro “costo” que nos endilgaron los más mafiosos que idealistas!
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Junio 21, 2017 11:30 1710

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