GRAN ELECTOR

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tratamos del contrasentido de padecer los mil males del populismo, ¡y aceptar un Sistema Electoral, casi forzado a encumbrar solamente a esa desgracia para nuestra vapuleada América Latina...

martes, 23 de mayo de 2017

Nota 8
LA YA INVIABLE JUBILACIÓN
La jubilación, logro del gremialismo cooperativo en sus orígenes, hoy no consigue hacer pie para cumplir con sus fines primigenios, que se fueron ampliando al par que se agotaban sus fuentes naturales.
Presa oportuna para Perón que las estatizó y puso en manos de los gremios, de los estatales y de la mezquinada recaudación obrero-patronal, una “caja” como todas, que alentó mil desfalcos y efectos negativos, ¡con el “trabajo en negro” en punta!
La “abanderada de los trabajadores” les prometió una epifanía eterna, ¡y por derecho! Un absurdo dado el afán por esa holganza de raíz gaucha e hijodalga, y agravado por su prédica de exigir antes que negociar y reclamar antes que hacer méritos para que se las agenciara nuestro sindicalismo huelguista, y aliado a poderes populistas que espolean las humanas flaquezas y emiten sin control, luego de vaciar los graneros, empeñar las cosechas por venir, y devorar la moneda y el instinto del ahorro.
Jubilaciones magníficas a gremios leales, tempranos retiros, la longevidad, el paro, la informalidad, la estafa y ahora la automatización, pauperizan el “seguro otoñal de los abuelos”, los del montón”, no el de los que ocuparon una banca ¡y aunque sólo un día!
Para peor ANSES, como todas las “cajas” del Estado, fue tierra de nadie para sus amos, para sus sindicatos, y por los externos, pero yendo al grano, esos defectos y déficits se evaporarían con el Retiro automático por edad, que mejoraría los haberes de millones, sólo por haberse esfumado el costo de su burocracia, y en caso de favorecer a alguien que hubiera logrado vivir sin trabajar, sería mucho más caro que sufrirlo como paria.
El nuevo Retiro sería complementado por el Seguro General de Salud y otros servicios que presta el Estado, y que en conjunto asegurarían su futuro, y ayudarían a bajar la codicia propia del temor al desamparo, y no cabría ganar de más ¡para vivir peor!
El futuro Retiro saldría de los impuestos generales, cuyo aumento sería menor que los aportes del trabajo a la previsión derogados. El patrón podría tomar más personal, y el asalariado comprar o ahorrar más. Los tributos de la mayor actividad y el resultante consumo, también irían a fondear el nuevo Retiro y el coadyuvante Seguro de Salud.
La jubilación surgió para aliviar las angustias de la vejez. No para llenar más la piscina del que nada en oro, ¡piccolo e inadvertido detalle! Manteniendo su poder adquisitivo, ese general y personal Retiro, sería optativo a los ya jubilados, con una compensación acorde. Los parches y el saqueo del populismo K, originaron miles de juicios, miseria y muertes. Sin tanto gremio parasitario, ni gastos para suplantar la salud y otras malas prestaciones, ¡el haber debería ser más que suficiente! Con tantos cambios y mejoras habría una movilidad que actualizaría el salario más fácil y mejor que tantas paritarias. Los cesantes de la perimida ANSES hallarían sobradas vacantes en la ya multiplicada y nueva Salud, y otros menos esenciales, pero sí gratificantes para el otoño de la vida.
La mujer del gran empresario o el ex senador con más de un retiro, cobran en la misma fila lo que los de la mínima en el año. Con unas ART y un Seguro Colectivo a prueba de mafias y camarillas, el nuevo Retiro haría tabla rasa, pero a cada individuo le sobraría para lo esencial y de por vida, y pudiendo aumentarlo ahorrando, comprándose alguna vivienda extra, acciones o retiro privado, ¡con sólo desoír a ese consumismo impúdico!
Los presupuestos de ANSES y del PAMI, ¡que debieron gastar millonadas en auditarse! los de la Sanidad estatal y los de los gremios, focos de corrupción y cubiles de mafias se podría tapizarse el país con Hospitales Modelo, eficientes y abaratados por seriado y volumen, donde cualquiera se atendería por el Seguro de Salud, con sus historia clínica en la web, sin reparos ni extras. El Hospital de Clínicas, reputado como “modelo”, supo mantener 500 ñoquis en su planta de 3.000, generando conflictos y huelgas impúdicas ya que sus trenzas internas son los únicos “negreros” ¡que sí deberían combatir!
Las prepagas, prohibitivas por la cada día más sofisticada medicina, la prevención en aumento, una deficiente alimentación y por los fulleros K que les endosaron los males derivados de vicios y otros fuera de su cartilla de cobertura, ¡ya no serían obligadas!
El viejo sistema hace agua por el paro creciente y el robot devorando miles de empleos sin que los “cerrados al vacío” llamaran a bajar el consumismo; en cambio propusieron hilarantes impuestos ad hoc, y pidieran imaginar más servicios o capacitar como si eso bastara y sin pestañear, ni ver que se precisarían incontables e insaciables clientes con sobrado tiempo y “resto”. Extraña que nadie haya propuesto, ¡todavía!, “clonarlos”.
Turbulentos, abisman la brecha yendo a romper todo y a reclamar empleos a Holanda, a Seattle o a Alemania con esa torpe prepotencia ya encarnada de exigir todo y para ya, de los viciados al creciente consumismo que posterga mucho esencial, ¡cuando el robot topadora ya arrasa empleos por miles! Nuestros cíclicos crash se deben a ese afán por los vicios, excesos, festividades y holganza, contra un ínfimo de previsión y cordura.
Ante un estado de cosas desalentador y sin perspectivas, ya no puede el actual sistema previsional asegurarles a los mejor jubilados, trenes de vida mayores que lo aportado estando en actividad, y de una masa laboral que se evapora vertiginosa.
Parvas de juguetes y abalorios sin ángel ni prosapia atascan el cuarto de los niños, ya “chupados” por la play station, sin otros incentivos ni afición por la lectura. Apáticos para el hacer concreto salvo ver horribles dibujitos en la TV son criados como nenes de “depto” sin inquietudes manuales, herramientas ni hobbies, que tanto les enseñarían. Antiguallas como coleccionar estampillas o monedas los ubicarían en el orbe; armando un proyector de slides de papel manteca aprenderían diseño y óptica. No saber arreglar un grifo que gotea ni aceitar cerraduras o bisagras, los torna inútiles, y un bocado para quienes los precisan abúlicos y pendientes de sus tan caros y superfluos “imperdibles”.
Millones ignoran que aun parado el auto cuesta más que su cuota, que sólo un trabajo útil lleva a crecer y que tanto inconsistente lo mengua. Con tantos cesantes que aparte de carecer de capacidad de consumo, se suman a la hueste de los buscavidas, en subtes y trenes, con mantas en las veredas, a atracos y secuestros. ¿Dónde entonces los genios del crecer indefinido van a hallar los millones de clientes para lograrlo? Aunque Excel y Word se exigen para casi todo, ellos no crean cargos. Desocupados con algún título pujan en la cola con apenas leídos y por vacantes para cualquiera, faltando artesanos y técnicos porque aquellas manualidades fueron arrumbadas por el magnetismo de las pantallas o por esa enfermiza avidez por la música o algo así según sus mercaderes. A tanto llegan que ni serios columnistas se libran de que el operador se la deje de fondo, distrayendo a su audiencia. Eso y los que ni a lo elemental alcanzan obligan a atender las carencias vitales, ¡y a rechazar mucho de tanto intangible como deleznable!
De no ahorrar o invertir parte de las primaveras de la soja, la carne o las automotrices y gastar en fruslerías recrudecerán los males. Por los votos subsidian los carburantes, menguando las reservas y su exportación, y lo gastado en sustitutos “inflados” equivale a una vasta red ferroviaria único medio no atado a los combustibles fósiles. Cuando la 2ª Guerra, las locomotoras quemaban mazorcas a falta del high grade carbón galés.
Sin acometer lo consistente y detestando la previsión caen en otro default ¡y culpan a otros! Antaño, pasados los bíblicos años de ubres flacas bastaba ordeñar las lustrosas; con el vértigo actual ni los buenos nos bastan para salvarnos por nuestra incontinencia ante ese consumismo que lleva al aquelarre. Un coche llega más lejos a velocidad de crucero que bebiéndose todos los vientos. ¡Igual que nuestra humana carcasa!
Las ya cíclicas “plagas y fumigaciones” nos dejaron un retraso abismal que arrastró la vergüenza y la lógica, ayer moneda corriente. Con seguro divino, otra de la demagogia, para qué ahorrar, y más con tantos sobándonos el ego. Aun en lo esencial actuamos como ese turista que parte sobre recargado hasta el portaequipaje, y ya en plena ruta pincha, coloca la de auxilio, y sigue sin aflojar ni buscar urgente una gomería.
Pese al 9/11, la híper movilidad global sigue devorando no renovables. Con el empty de vacantes titilando, ir al Machu Pichu, al Gran Cañón o al glaciar Spegazzini, aunque no vitales con algún sentido, pero que japoneses organicen tours a Suiza “a ver los lugares donde nació y correteó Heidi”, eso sí que ya ¡is too much!
Usar la supremacía del agro para cubrir el déficit industrial rebela, porque exportando empleamos e importando “despedimos”. Dilema tan rancio que merecería una balanza de los salarios en juego para mejor precisar las decisiones tanto de exportación como de producción. Apoyar a las industrias eficaces sería sabio, pero no usar las divisas del campo y otros commodities para eternizar las incapaces o sólo corruptas. Condenan al campo y no al Estado que destaza a gusto ¡y cobra peaje aun por habilitar una pizzería!
Aunque lo anterior luzca ajeno al Retiro, es vital a su financiamiento, quo urge desligar de otros avatares, hasta cierto punto, porque no habrá salida sin adoptar por estilo de vida la sobriedad y dejar ciertos gustos y excesos para los que pueden sin exigírselos a un salario que cubre lo esencial y unas extras, y menos a una jubilación que fondean los impuestos o el Estado, que es lo mismo, ¡y no algún generoso Tío Patilludo!
La mesura no es volver al hielo en barra, sino mirar la necesidad y su costo más que el antojo, y aprovechar todo, todo lo posible desde el patiecito hasta el balcón. A pesar del potencial de USA, Bill Clinton llamó a usarlos como en los 40s cuando debieron acudir junto a los Aliados para rescatar a Europa de Hitler.
Mientras que tantos no llegan a lo elemental a demasiados “nada les alcanza”. El menú de la vida nos ofrece maravillas gratuitas, junto a caras y nefastas necedades. El futuro, apacible o intolerable, depende de los “platos” que templados sepamos escoger.
.-o0o-.
Julio 21 12:24 P-1759
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