Nota
02
EDUCACIÓN
e INSTRUCCIÓN
Luego
de alcanzar una Educación integral que llegó a
asombrar en países actualmen
te de punta, acabamos en una sometida a ideologías o sindicatos más
atentos a su sueldo ¡que a la calidad y cantidad de una labor que lo
justifique!, y que suelen prefe
rir a los que insuflan el estado de cosas que tolera que una obtusa
trompee a la maes
tra por una nota merecida, y se vaya tan campante dada la barbarie
del populismo revanchista que se eriza a la ínfima admonición,
pecado afín a la dirigencia docente que ante las pruebas flagrantes
de su desastrosa gestión que destruyó la educación pública a
fuerza de prebendas, estafas y facilismo, ¡ahora pone el grito en el
cielo cuando el Presidente
muestra la doble condena de los que al no poder pagarse una privada
deben “caer” en ella. Caer o resignarse hubiera sido igual. ¡Todo
lo suyo es seguir degradándola!
La
docencia deberá expurgarse de ñoquis y militantes, limitar a sus
gremios, a sus burocráticos Consejos Escolares, ¡y condenar el
nefasto ausentismo!, que juntos le rebanan mucho a su gran
presupuesto, además de justificar todo aumento sobre la inflación
con el saber cimentado, ¡y no a cimentar como hoy que como gran cosa
se ofrecen 180 días de clase!, contra 220 en Brasil, y cuando en
1948, igual al 2016, los alumnos habrían gozado de 210 días de
cursado, ¡y hoy entre perfeccionamientos y faltazos, asuetos y
reparaciones ni esa miseria cumplen, ¡y hasta hubo años de 100!
Como
el gramscismo
inculcó el marxismo en alumnados de las secundarias y de las
universidades,
los de la Cámpora profanaron las primarias dándoles a pequeños de
10 años cartillas subversivas, como en los 70s los arreaban de sus
aulas, a “esclarecimiento”. Pero al saberse que ni rendían el
70%, se escandalizaron y culparon al neo liberalismo, cuando su
cebada, impune y protegida plaga se roba desde las PCs a las tizas,
si no queman archivos, libros, pupitres y aun el más que simbólico
pizarrón, ¡sin la tan necesaria como obligada indignación!,
ausente también cuando sus indocentes gremios, serviles torpedos de
la política, ordenan salvajes paros.
Contra
la escuela privada o religiosa copan la pública para imponer su
ideología con
tra el liberalismo y lo racional a la mayoría. Jubilados los señeros
maestros, por abnegados que sean los actuales ya provienen del
facilista desdeñar lengua o matemática para ganarse alumnados
reacios a ellas e imponer sus doctrinarias, y de la educación
víctima a la piqueta contra cultural que ni informa ni forma. Más
que con manzanas o flores los sedujeron con privilegios, asuetos y
“días de”, tras derogar la disciplina, los deberes, la
asistencia, el mérito, y cambiar reales valores por los suyos bastos
o estériles, ¡pues sólo ansían su voto, no su raciocinio!
No
bastando con la instrucción, la escuela deberá reinstaurar el
imperioso know
how
para la vida, esfumado para numerosas familias por el facilismo que
impuso la demagogia populista, además infiltrada por los del “cuanto
peor mejor”, y para peor una televisión inescrupulosa y sólo
obcecada en venderle lo que sea y a como dé a su cautivo entre
degradantes ejemplos y preferencias ¡y sin dejar de apoyar sus
ínfulas! La escuela ideal deberá educar, brindar ejemplos y
valores, y de verse forzada a suplir “vacíos” de las familias,
con decisión y suma cautela.
Su
rival consumista TV, debería desmitificar las falaces “certezas”
que paralizan y enredan. En espacios ramplones ideales por su
“encendido” los famosos podrían difundir sanas prácticas,
cultivos cívicos y urbanos mechados en las telenovelas por expertos
en marketing
y docentes, además de convivencia y valores cuya carencia potencia
nuestra crispada conflictividad. La escuela paga fue el último tren
para vagos y repitentes hasta que el libertinaje y los 70s degradaron
las públicas y tornaron
a las privadas impagables (en ambas acepciones), y forzadas para
aprender en serio y con los hijos más seguros.
“Más
hambre que un maestro” revela el desinterés por una educación
derivada al Estado. Para Oded Shenkar en la China ella dio un gran
salto, cuando las familias vieron el beneficio de empeñarse y
legársela a sus hijos como la mejor herencia.
Sin
aquel lustre y con aulas chúcaras, el salario quedó como única
“leña” para el “fuego sagrado”, y a merced de gremios,
huelgas, nada níveas carpas y excesos como asueto total por la
muerte de un portero. De las laboriosas aulas de antaño, sin orden
devinieron otras montaraces y barulleras, para las que la compostura
es una inestable tregua ¡que sólo desgañitándose logra la maestra
por unos segundos!
Además
de que
los docentes deban ofrezcan 190 días de clase, los alumnos tendrían
que cursarlos, aun después del curso lectivo, para pasar de año.
Eso, y una Libreta Educacional con notas y observaciones desde el
jardín al título final calificarían al titular y a la escuela,
definiría el ingreso universitario, la mayoría de las vacantes, y
obraría milagros en el estudio y la disciplina. Que Aliverti digite
el CBC, solapado y adoctrinador filtro al ingreso, sólo es factible
contra un pueblo adocenado.
Gran
culpa es nuestra. En el exterior ufana ser formado, nosotros desde la
niñez vemos el estudio con fastidio y nos prendemos a lo banal
idiota, al descontrol y al cons
tante “cursado” de Tinellia
I y II,
o Licuación
de Valores y Deberes.
Por eso lo incul
to
restalla en lo ínfimo y en la masacre: basura lanzada al acaso; lo
soez ajeno a horas y oídos; affiches
y graffitis
del
ensañado aerosol flagelan colegios, hospitales, templos y el idioma.
Los Pibes Chorros o Los Violadores promueven delitos y porros con el
guiño de la progre
inclusiva. Arte de inadaptados o de los que pixan
en alturas de vértigo signos abstrusos o desafíos de clanes, torna
inútil pescarlos in
flagran
ti,
¡nunca van al calabozo ni deben repintar frente alguno!
Los
maestros deben ganar más, pero tras resignar privilegios, y sobre
todo desoír a los Baradel opuestos a su recalificación y al
perfeccionamiento esencial, además de tener a futuro vedado el
discutible o al menos no regimentado derecho a la huelga como otros
cuyos paros y piquetes cuestan fortunas fastuosas y trastornos
inhumanos y no sólo al Estado sino a los individuos, su razón de
ser, ¡y nada más y nada menos que los que pagan sus salarios!
Dispondrán sí, como todos los impedidos de parar, del tribunal ad
hoc
para oírlos y luego zanjar en la diputa.
Nadie
priva a ellos ni a otros que eligen profesiones impedidas de darse
tal lujo, de buscarse otra ocupación que satisfaga su billetera y
ésa su fijación levantisca, que nos impregnó la mente tras la
invasión gramscista
a la Patagonia “rebelde”.
Nuestra
falta de vocación por lo real valioso permite que matones como
D’Elía se dediquen a pujar por la revuelta estalinista y esa
utopía de honestidad e igualdad, que él ni sonámbulo practica,
mientras que escudado en un guardapolvo blanco pre
tende dictar el rumbo de esa nurserie
mental del ser que es la escuela a la par de tra
bar toda innovación que lleve a educar
para elegir y no para optar.
La
disciplina, intrínseca a todo lo serio y de valer de la vida, fue
derogada por los an
siosos de aprobación masiva y pedir imponerla hoy escandalizaría.
El tolerado arrojar tizas o remedar “tineladas”, se agrava con
roturas, peleas y hasta robos a la Salida. Aquellas niñas que le
dieron lustre a
las
Escuelas Normales, hoy son nota por trompear y aun desfigurar a otra
por “linda” o por “mirar a su chico”; pero no es tan raro.
Muchas se crían en la calle o en su casa entre golpes y abusos.
Somos un país brutal que permitió que el Poder ensalzara la Fuerza
Bruta, a los Morenos y a los D’Elía, cuando en Brasil los niños
no pelean; salen de la escuela riendo, y si discuten, inclusive con
vehemencia, es sin insultos ¡y con las manos a sus espaldas! Sus
radios de calmo decir no dejan de educar, sin banales, palabrotas ni
enfados, y sin ésa nuestra obsesión por las sexo escatológicas
relaciones.
Sobre
las materias clásicas de la instrucción, en un clima de disciplina,
interés y afec
to, se impone la funcional educación, que si la docente no mamó en
su hogar, podrá hacerlo en nuevos cursos “vitales” sobre
convivencia, interrelación social, economía y seguridad en el
hogar, entre otros a inculcar con convicción y celo por la verdad,
la labor, el estudio y los ancestros cual ejemplos en uno u otro
sentido, y un férreo respeto por los bienes ajenos y los del Estado
como suyos.
Perdido
aquel razonar natural y empírico de padres y docentes deberían ver
más allá de lo aparente; cuidar que nada baladí ni cifras fuera de
contexto opaquen lo esencial, truco de los populistas que confían en
la “cátedra” de los Pettinatos, los Tinellis, los Pergolinis y
sus “repetidores”, desfoliantes todos, expertos en el arte de
distraer en sus dos acepciones, ¡y sobre todo del sistémico
despojo!
El
latrocinio cultural más nocivo todavía que el material de arduo
revertir, causado por sus gremios, la política y un show
adictivo conformaron alumnados engreídos e inútiles, anulando el
estúpido “algo hicieron”, que sería como alabar a Hitler por su
rescate de la Alemania postrada tras el humillante armisticio en un
vagón de tren junto al bosque de Compiégne, si después la embarcó
en una guerra que la devastó ¡y hasta acabó seccionada por la
URSS!
.-o0o-.
Julio
20, 2017 9:44 1612
En
línea con el blog www.granelector.blogspot.com/
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